Golpe de efecto de Savia Asset Management, la firma de Javier Botín, en el mercado de compraventa de créditos bancarios. El hijo del presidente de Santander ha cerrado una de las mayores operaciones de los últimos años, al adjudicarse algo más de 1.000 millones de euros en créditos impagados de pymes y una parte de grandes empresas, en el conocido como Proyecto Flandes.
Esta venta, asesorada por KPMG, atrajo el interés de grandes fondos internacionales como Cerberus, Oaktree, Elliot, Aiqon, Fortress y Marathon.
Savia Asset Management ha realizado esta compra junto a un fondo norteamericano, Perry Capital, que pone la mayor parte de capital. Este fondo hizo sus primeras operaciones en España, comprando carteras de fallidos de Popular y Liberbank también junto a Savia.
Por su parte, la firma de Javier Botín aporta una posición minoritaria y la gestión futura de los activos, para tratar de recuperar la mayor parte posible de los créditos impagados. Los fondos pagan cerca del 4% por este tipo de operaciones, lo que supondría un precio de unos 40 millones.
Líder del sector
Javier Botín creó Savia en julio de 2012 como filial de su sociedad de valores JB Capital Markets. Para ello se alió con uno de los profesionales con más trayectoria del sector, Antonio Carballo, que previamente fue responsable en España de Vesta Asset Management –otra gestora de fallidos–, Genworth Financial y, a nivel europeo, de Moody’s.
Savia cuenta con más de 140 profesionales y tiene como presidente a José Manuel Hernández Beneyto, número dos de Javier Botín y exdirectivo de grupo Santander. Esta firma ha sido la más activa en España en el último año, con la compra de siete carteras bancarias (CaixaBank, Bankia, BMN, Liberbank, Ibercaja, Popular y BBVA) valoradas en cerca de 5.000 millones.
La cartera que ha comprado ahora, de CaixaBank, incluye en torno a 33.000 expedientes de créditos impagados, la mayoría distribuidos en Cataluña, Madrid y Andalucía.
Savia y Perry tratarán ahora de incrementar la tasa de recuperaciones para rentabilizar la operación. Este tipo de inversores busca duplicar su capital en periodos medios de cinco años, por lo que el objetivo sería recobrar en torno a un 8% de la cartera. La presencia de tantos fondos ahora en España buscando este tipo de activos se debe a las expectativas de recuperación de la economía, que propiciaría que muchos morosos salden sus deudas.
Además de los 1.000 millones traspasados a Javier Botín, el Proyecto Flandes incluye otra cartera de créditos a pymes respaldados por activos inmobiliarios, como oficinas, naves industriales y locales comerciales de las empresas morosas. Esta parte la ha comprado el fondo norteamericano D. E. Shaw, del exasesor de Bill Clinton, David E. Shaw.
Plusvalías
Esta operación permite a CaixaBank desprenderse de activos no estratégicos como son los créditos fallidos a la vez que hace plusvalías, ya que este tipo de préstamos están provisionados al 100%. Otra ventaja de estas ventas para los bancos es que las actuales tasas de morosidad hacen que sus equipos de recuperaciones estén desbordados, por lo que traspasar parte les permite centrarse en créditos más sanos.
De hecho, la entidad catalana tiene otra operación similar en marcha, Proyecto Valonia, con un volumen de 1.050 millones en préstamos corporativos de mayor envergadura. De ellos, 700 millones no tiene garantía y los otros 350 millones sí que tiene garantía inmobiliaria. Más de la mitad de la cartera está ubicada en Andalucía y Madrid.
¿Que te parece este artículo?, Deja tu comentario
Nos gustaría completar este artículo con tu comentario. Además si lo consideras útil para tus amigos y seguidores compártelo utilizado los botones sociales.
0 comentarios:
Publicar un comentario