Ana Patricia Botín ralentiza el ritmo de despidos en las filiales del Banco Santander – ya plantea nuevos recortes para 2017-, mientras que todos los españoles pagaremos parte de las bajas incentivadas de sus empleados abonándoles los dos años de paro
Con un respiro en la alta dirección pero con indignación en los trabajadores se ha recibido la noticia de la decisión de la Fiscalía de la Audiencia Nacional de exculpar a la cúpula de Banco Santander y señalar a los empleados como los responsables en el caso de la venta de los productos de alto riesgo “Valores Santander”. Según se desprende de esta sorprendente valoración por parte del Ministerio Público, los directivos que diseñaron estos complicados bonos convertibles para la compra del Banco ABN AMRO -que posteriormente fue permutado por el brasileño Banco Real-, no tienen la culpa de la complejidad de los productos que ellos impulsaron: la tienen los trabajadores que los vendieron al público. Se condena al “soldado” pero no al “oficial” que dio la orden. De nuevo se repiten dos cosas. La primera, que directivos del Banco de Ana Patricia Botín salen limpios de un proceso judicial. La segunda, que, mientras se vilipendia al trabajador, no ha habido una respuesta contundente de los sindicatos.
El silencio cómplice de las centrales sindicales con representación en el Banco Santander continúa también en la drástica reducción de plantilla que especialmente se sufre en las filiales de la entidad financiera de Ana P. Botín, con despidos teledirigidos a aquellos trabajadores “más baratos” por su antigüedad en la empresa, con independencia de sus circunstancias personales y siempre esgrimiendo “razones objetivas de naturaleza organizativa”. Esta redacción ha recibido distintos mensajes de trabajadores de estas empresas contando casos tan desesperados como la de una ya ex empleada de Santander Back-Office Globales Mayoristas, despedida con 59 años, y que ve con temor y grandes dudas cómo podrá cotizar por su jubilación cuando se acaben los dos años del paro. Como revela en su escrito, los sindicatos conocen perfectamente lo que se está realizando en estas empresas, se les informa, pero no mueven un dedo. De hecho, las únicas denuncias que han surtido efecto han sido los artículos que desde Extraconfidencial.com, han venido realizando sobre esta política de despidos, que tiene datos aún más dañinos, pero para todos los españoles.
Bajas incentivadas pagadas en parte con el dinero de todos
El revuelo que han supuesto estas informaciones, que han corrido como la pólvora en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, ha puesto el freno, momentáneamente, a estos despidos, quizá esperando al verano o que los globos sonda que lanzan algunos medios de comunicación, como la reciente noticia sobre que a 30 directivos del Banco se les ha quitado el chófer, aplaquen los ánimos caldeados.
Pero mientras esto se produce, se ha completado sin problema el número de “bajas incentivadas” que había propuesto para los trabajadores de Banco Santander con convenio de Banca. El ambiente, cada año más que enrarecido, ha llevado a que se cubra sobradamente los objetivos en pocos días y con unas condiciones económicas que si garantizan la futura jubilación del empleado -ya que cobrará el 80% del salario-, incluyendo las cotizaciones máximas a la Seguridad Social, hasta los 63 años, cuando puede ya prejubilarse. Pero lo escandaloso de este acuerdo es que de esta cantidad se descuenta lo que percibirá por la prestación de desempleo, la cuál será siempre máxima en tiempo (2 años), y cantidad, ya que los salarios de estos trabajadores les permiten alcanzar con creces el límite superior de la prestación por desempleo. Así, durante esos dos años, el ya ex trabajador cobrará el paro y sumará al mismo un complemento que abona el Santander por la diferencia hasta alcanzar el 80% de su salario, según se refleja en su acuerdo de baja; es decir, Ana Patricia Botín se ahorra entre 1.087,20 euros al mes, si no tiene hijos, a 1.397,83 euros, si tiene dos hijos o más a cargo. Teniendo en cuenta estos dos años todos los españoles pagan entre 26.092,80 euros y 33.547,92 euros por trabajador. El contribuyente paga parte la baja de un trabajador de una empresa que ha ganado 5.966 millones de euros en el año 2015.
Pensando en nuevas bajas para el 2017
Con este chollo y, sobre todo, con unas perspectivas muy negras en la Banca Comercial en España, ya se preparan nuevos “ajustes” para el 2017-2018. El cierre de Oficinas para este año se antoja insuficiente y, además de una más que probable subida de comisiones, que se verá con mucha probabilidad después del verano, se empieza a plantear nuevos despidos y cierres de Sucursales en una cuantía parecida a la de este año.
A todo esto se unirá las fusiones de filiales, con un proceso que se acelerará en el último tercio del año pero que tomará más forma en el 2017 y una reorganización en los costes inmobiliarios. Se seguirán abandonando Oficinas de alquiler para ir concentrando unas plantillas cada vez menores en inmuebles en propiedad del Banco Santander. Recortar y recortar, es la máxima del Banco de Ana Patricia Botín en estos momentos y, si parte de los mismos lo pagamos todos, mejor que mejor. Y todo ello con la aquiescencia del Gobierno presidido por Mariano Rajoy Brey.
Gregorio Fernández del Amo (Extraconfidencial.com)
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